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Dormir entre pinceles

I.L.H. / Diario de Burgos

La Cadena AC Hoteles cuenta otra vez con Paula Sampelayo y Fran Herreros para su nueva apertura en Panamá. Los cuarenta cuadros de ambos han cruzado ya el Atlántico
Los hoteles entre sí a veces se parecen tanto que al despertarte puedes confundir la ciudad en la que te encuentras. Es lo que tiene compartir las mismas cortinas, paredes, decoración o cuadros. Por eso la cadena AC Hoteles decidió hace años apostar por distinguir sus espacios, al menos, con arte original y único. Los cuadros que cuelgan en sus habitaciones, vestíbulos y salones no están fabricados en serie, ni se han adquirido a una gran superficie, si no que han sido creados por artistas de toda España expresamente para esos lugares.
La relación entre la cadena hotelera AC y los burgaleses Paula Sampelayo y Fran Herreros se remonta a hace dos décadas. Los artistas eran aún estudiantes cuando les propusieron colaborar, a través de una beca, con obra original. «Nosotros trabajamos con unos intermediarios, que son los decoradores del hotel. Tienen dos líneas de trabajo: una para las zonas nobles, con obra de mayor formato, y otra para las habitaciones, con cuadros más pequeños, fotografía, obra gráfica y sobre papel, pero siempre abogando por que sea obra original. Eso repercute en la sensación que tiene el cliente y, sin embargo, no creo que a nivel económico sea una carga imposible de asumir», sostiene Paula Sampelayo. «Y para el artista es también un gran aliciente, porque de esta manera tenemos obra en Italia, Portugal, España y, ahora que han retomado la apertura de nuevos hoteles en el continente americano tras su alianza con Marriott International, pues estaremos también al otro lado del charco», añade Fran Herreros.
El último encargo de la cadena les hará colgar sus cuadros en el nuevo hotel que abrirán en Panamá: «Para este hotel es para el que más cuadros hemos creado. Nos han pedido en total 41 y en ellos hemos estado trabajando durante el último año», subrayan ambos, que esperan que el próximo destino de sus nuevas obras pueda ser en Estados Unidos.
Sin embargo no es el único objetivo que se han marcado para este verano. La pareja viajará durante los meses estivales a Bruselas, donde Sampelayo trabajó con una beca, para poder abrirse camino en galerías y exposiciones. «De momento hemos enviado algo de obra y ahora queremos iniciar las negociaciones. No tenemos nada cerrado, pero al menos hemos notamos cierto interés, que esperemos pueda fructificar en algo».
Esas serán sus «vacaciones» porque cuando regresen a Burgos volverán a cerrarse en el estudio para crear. Al menos Herreros, con la mente puesta en la próxima exposición.

Individual en octubre
Fran Herreros no quiere dar ninguna pista de lo que va a presentar en otoño en la sala Círculo Central, la sala de Cajacírculo de la plaza de España. «Va a ser una exposición muy intimista y personal, pero nadie va a ver nada antes de la inauguración», apunta misterioso.
Lo único que accede a contar es que está trabajando formatos grandes, que habrá alguna instalación y que quiere mostrar su evolución dentro de la abstracción con toques figurativos. «Estoy trabajando sobre la sinestesias, las energías y las ‘conestesias’, una palabra inventada para hablar de las sensaciones internas», apunta el creador. «Me están saliendo cosas que no dejan de ser de mi pintura, pero en las que a la vez hay aspectos diferentes, como ciertas esculturas-pinturas y otras sorpresas. De verdad creo que va a ser mi exposición más especial», concluye.

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El valor de la libertad

I.L.H. / Diario de Burgos

Si un artista es sincero y honesto, los estados de ánimo se plasman en su obra aún sin pretenderlo. Un cuadro contiene los momentos eufóricos, de pasión, desamor, melancolía o traición que el autor siente durante la creación, ya sea en los tonos elegidos o en la forma de pintarlos. Fran Herreros se ha sentido estos últimos meses como un pájaro enjaulado que quiere volar en libertad, sin ataduras, sin complejos y con personalidad.

La jaula fucsia que tiene en su estudio es el elemento vertebrador de la exposición que prepara en el Arco de Santa María y que descubren a un Fran Herreros mucho más espontáneo, pasional y arrebatador que nunca. The cage contiene una forma más agresiva de enfrentarse al cuadro, un modo mayor de implicación en su obra y un diálogo más íntimo, simbolista, dulce y personal con lo que representa:«He pintado mucho con las manos, he utilizado una gama de colores más amplia que nunca y he trabajado con materiales nuevos como lapiceros, rotuladores… Es una exposición muy especial que resume esta etapa de mi vida», confiesa el artista.

La obra que presentará entre el 16 de mayo y el 8 de junio contiene 40 piezas en papel y una docena en lienzo en los que mezcla la abstracción y la figuración. Comparten casi todas la presencia de una pareja de colibríes fuera de la jaula, unos pájaros de gran belleza que destacan también por la agresividad y la fuerza que poseen para mover las alas hacia arriba y hacia abajo, alcanzando velocidades de hasta 80 kilómetros por hora. Herreros los sitúa primero separados y luego enlazados por un hilo de madeja, incrementando la fuerza en pareja y el compromiso de una lucha común.

«Hay elementos que se repiten. Ovillos, grafismos, bombillas de luz como las que usaba el pintor Francis Bacon con el que me identifico, imágenes de cuadros clásicos, Mickey Mouse y Marilyn…». Incluye guiños a Manet y Monet, cuadros de fondos oscuros con manchas de luz que se abren a la libertad, ríos metafóricos y títulos dentro de la obra que hablan de Silencio, Melancolía, Libertad, El sueño dorado, Sensación, Del Génesis o el Invierno.

Coincidiendo con esta exposición, Fran Herreros expondrá en Bruselas, en el Museo de Bellas Artes de Osaka dentro de una muestra colectiva y en Panamá.

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París abre la puerta a la pintura de Paula Sampelayo y Fran Herreros

(Noticia publicada en Diario de Burgos. Fotografía de Patricia)

Paula Sampelayo y Fran Herreros nunca han estado quietos -ni lo pretenden-. Saben que de un proyecto puede surgir otro, que de una exposición puede salir un trabajo y que una galería puede abrirles la puerta a un nuevo mercado. Así entienden su paso por la feria de arte contemporáneo internacional que se celebrará a finales del mes que viene en París. Una cita con la escultura, la pintura, la fotografía, la decoración o el arte digital en la que participan cerca de 500 artistas de todo el mundo.
«Supone abrirse puertas, abrirnos a otros circuitos y, más que a mercados -porque eso es ya una cuestión económica- ver cómo funciona nuestra obra en otras mentalidades, descontextualizarlo y ver lo qué ocurre», sostienen ambos. «Salir de nuestro ámbito nos permite a conocer espacios, artistas y gente para apoyarnos y ayudarnos mutuamente», añaden.
Su paso por Art Shopping, que se celebra del 26 al 28 de octubre en el Carrousel du Louvre, es también una apuesta personal por, digamos, la exportación del arte. «En Europa hay más oportunidades, aunque también haya más oferta», apunta Paula Sampelayo. «Los artistas tenemos que emigrar progresivamente porque lo que ocurre en este país con el IVA es una burrada», remata Fran Herreros.

La cultura del IVA

Lo que dicen no es ninguna broma como estamos comprobando a diario. Ala fuga de cerebros y la marcha de los jóvenes por las dificultades conómicas se une el drama del gremio artístico, que ha visto cómo aumenta en 13 puntos el impuesto sobre el valor añadido. «Para nosotros es más rentable vender fuera de España; las galerías españolas también obtienen mejor mercado fuera vendiendo a los artistas extranjeros». Quizá por eso últimamente Herreros y Sampelayo están apostando de una manera natural por Italia (Paula) y Portugal (Fran)con su obra para la cadena de hoteles AC, o por Bruselas (ambos) con una residencia para el año que viene y una muestra colectiva, respectivamente.
Pero volviendo a la feria de París, que es la que ahora les abre las puertas a su pintura, cada uno acude con seis obras de las series en las que actualmente trabajan. «Ha sido una propuesta de la galería, que contactó con nosotros a través de las páginas web. No teníamos ninguna referencia de la feria, pero nos parece una oportunidad muy interesante».
Sampelayo acude con acrílicos sobre lienzo de 50×50 con las dos líneas en las que trabaja: tres cuadros de la serie de stickers -más sueltos- y tres cuadros de paisajes de flores silvestres en los que se siente el sonido y el movimiento con una pincelada que conlleva decenas de capas.
Herreros, por su parte, pensaba llevar su obra abstracta, pero cuando el galerista vio lo que había visto para una exposición en Villadiego le pidió que hiciera algo similar con París como fondo. El resultado es la serie Sena, en la que el pintor mantiene sus tonos en  los cielos, los goteos, los chorretones y sus arrastrados.

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Mes de color y flores en Montón de trigo montón de paja

Montón de trigo montón de paja exhibe hasta el 9 de diciembre,  “Serolf sarto y saefnin srekits”, una exposición de pintura de los artistas Fran Herreros y Paula Sampelayo, que por primera vez, plantean sus proyectos en común.

El título de la exposición es un juego de palabras que hay que leer al revés y está compuesta por tres colecciones diferentes; “Stickers” y “Otras flores” de Paula Sampelayo, y “Ninfeas” de Fran Herreros, tres colecciones que suman un total de 68 piezas en un peculiar montaje que llena de color la citada sala de exposiciones.

Fran Herreros y Paula Sampelayo son doctores en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca donde se licenciaron en la especialidad de pintura. Con montón de trigo montón de paja participaron en la exposición colectiva “unbilletitodecincuenta” en diciembre de 2010, en 2004 Paula inauguraba la exposición individual ”Prohibido fijar carteles” y en el año 2005 Fran exponía “Pinturas y dibujos. (Soliloquio anunciado)”.

La mezcla de estilos que componen la pincelada pausada de Paula Sanpelayo, junto con el explosión de color de las composiciones de Fran Herreros, hace de esta exposición una cita obligada para todos los amantes del arte.

Publicado en Segoviaaudaz.es

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Una galería donde hospedarse

Obras de Fran Herreros y Paula Sampelayo decoran desde hace diez años las paredes de los hoteles que la cadena AC tiene en España, Italia y Portugal. Entre ambos tienen expuestas un millar de piezas.

Es una galería permanente por la que a diario pasan cientos de personas de todo el mundo. Negocios y placer, reuniones y congresos, de paso o por largas temporadas. Por las habitaciones, salones y cafeterías de un hotel pasan personas de todas las edades, clases sociales y profesiones. Hay quien nunca se fija en la decoración y lo que cuelga de las paredes y quien pregunta por la autoría o el origen del mueble o el cuadro que le interesa. La diferencia entre un objeto decorativo y una obra de arte es que esta última es original y no se fabrica en serie.

Desde hace diez años, las obras de Fran Herreros y Paula Sampelayo cuelgan de las paredes de los hoteles que la cadena AC tiene repartidos por España, Italia y Portugal, incluido el AC de Burgos que está situado en el paseo de la Audiencia. Y próximamente se sumarán al mercado de Estados Unidos, donde la cadena ha firmado un acuerdo de colaboración con hoteles ubicados en ese país. Con papel y grabado él y con fotografías y vinilos ella, llevan creadas para AC cerca de un millar de obras.

«La colaboración comenzó en 1998 con una beca para pintar paradores. Cuando concluyó el trabajo propuse al parador exponer la obra. Mayte Fernández y Carmen Catalán, de la Galería Multiplicidad de Madrid, la vieron colgada y se pusieron en contacto conmigo», explica Fran Herreros.
Fue entonces cuando las galeristas les ofrecieron crear obra original para la cadena hotelera, trabajo que encargan a cinco artistas: los burgaleses Herreros y Sampelayo, Ikella, Gerardo López y Badri. «Somos como sus niños mimados -comenta Paula-. Nos encargan la obra y luego tenemos total libertad. Muchas veces el hotel ni siquiera ha visto la pieza antes de que les llegue».

Para este tipo de trabajo Sampelayo empezó realizando pintura y después se decantó por la fotografía. Herreros en cambio mantiene la disciplina, intercalando pintura en papel y grabado. En el hotel burgalés Fran tiene expuesto un mural de 4,5 x 1,5 metros y Paula varias fotografías y vinilos que decoran la parte noble del edificio. «Este trabajo es un orgullo. Hay decenas de hoteles y a diario pasan miles de clientes que están viendo constantemente tu obra. Algunos nos compran y otros nos encargan, como ha ocurrido con determinadas colaboraciones realizadas para empresas», apuntan ambos.

El AC de Burgos acaba de ser reconocido en el puesto número doce de los hoteles más modernos del mundo, según los premios Travellers’ Choice Hotels -le colocan el quinto de Europa y el segundo de España-. Los artistas burgaleses se consideran parte de ese premio.

Publicado en Diario de Burgos – 25/01/2012

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Cien acuarelas para un centenario

Mar González / ABC.es

Un centenar de acuarelas de otros tantos artistas burgaleses se exponen en la Sala Círculo Central de Burgos mostrando el «siglo de oro» de esta expresión pictórica. La exposición «1010×100 acuarela».

Un centenar de acuarelas de otros tantos artistas burgaleses se exponen en la Sala Círculo Central de Burgos mostrando el «siglo de oro» de esta expresión pictórica. La exposición «1010×100 acuarela. Burgos siglo de oro» podrá visitarse hasta el 28 de marzo.
Desde los artistas clásicos como Vela Zanetti, Marceliano Santa María, Modesto Ciruelos o Luis Sáez, pasando por los experimentados pintores como Fabri, Néstor Pavón, o Ignacio del Río, haciendo parada en Fran Herreros, Javier Bartolomé, Laura Esteban o Sergio Corral, y así hasta 107 obras donde están representados la «práctica totalidad» de los artistas burgaleses del último siglo dan forma a esta exposición.
Su comisario, Pepe Carazo, considera que «es imposible encontrar otro siglo en el que podamos representar a 107 pintores burgaleses». Una denominación en la que se ha utilizado un «sentido amplio» más allá del nacimiento e incluyendo a quienes estuvieron o están vinculados a Burgos de alguna manera. En este capítulo se puede encontrar la obra del finlandés Benito Manninen Honka que pasó unos años en la ciudad.
Con Burgos como punto de encuentro y la acuarela como elemento de expresión, la muestra pone de relieve que la técnica de la aguada admite distintos estilos y a lo largo del tiempo ha atraído, en un momento u otro, a todos los artistas.
Carazo señala que, «aunque hay grandes pintores que son profesionales de la acuarela, acuarelistas, todos han tenido la inquietud de acercarse a la aguada que, además, es un reto para cualquier artista porque siempre se ha oído la dificultad que entraña». Por eso, quizás esta exposición de acuarela es una de las pocas oportunidades de ver a todos los artistas burgaleses del último siglo juntos y enfrentados a un mismo reto que cada uno resuelve a su manera.
En este sentido, aunque abunda la figuración, pueden verse obras de estilo naïf, expresionista, abstracto, realistas… e incluso algún collage y técnicas mixtas con la acuarela como base. «Este no es un mundo cerrado. Si los artistas que las firman tienen la mente abierta, sus obras también», destaca Carazo.
La exposición «1010×100 acuarela. Burgos siglos de oro» es la segunda parte de un proyecto iniciado el pasado año con los mejores pintores españoles. En la inauguración, el presidente de Cajacírculo, José Ignacio Mijangos, explicó que, después del «éxito» de aquella muestra pensaron que «los artistas burgaleses se merecían esta exposición en la que se pone de relieve un modo de pintar antiguo y brillante». Sin duda un broche de oro pintado al agua para el centenario de esta entidad de ahorro burgalesa.

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